Mientras lo nuestro avanza, nuestra vida, nuestros sentimientos, nuestro pensamiento, incluso nuestros anhelos, algo queda atrás enganchado a la nostalgia, irremediablemente, siempre hay partes quizás menos importantes desenganchándose del motor que nos impulsa del mismo modo que los cohetes se van dejando atrás las partes gastadas e inútiles, lastre que intenta detenernos, recuerdos que ya no son vida y vida que ya son solo recuerdos o simplemente nada, pero siempre sucede, con cada parte que abandonamos se nos va algo de nuestra vida, jirones arrancados de nuestra memoria que con suerte formaran parte de otra historia, de otra vida, quizás nos visite fugazmente en forma de sueño indescifrable, pero inevitablemente se perderán para siempre en la nebulosa del olvido.
Pero como dice la Lole “la luz vence tinieblas por campiñas lejanas, el aire huele a pan nuevo […] ha llegado la mañana”.
Publicado por Celedonio Sepúlveda |
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https://www.20minutos.es/motor/actualidad/tribunales-zonas-de-bajas-emisiones-gijon-sin-zbe-5100000/
El sentido común, la racionalidad, esta ausente en la forma de legislar en este siglo en el que los políticos no han leído la Constitución ni tienen puñetera idea de derechos y libertades. Todos estamos a favor del ecosistema, de la pureza del aire, de la salut pero también estamos en unas sociedades donde el trabajo y la movilidad son necesarias para subsistir y tenemos unos derechos como el trabajo, la libertad de movimiento y la igualdad. Ningún tonto el haba, o tonta o tonte, puede discriminar movimientos y libertades por cuestiones de capacidad económica vendiendo la culpabilidad de que un coche con años es mas nocivo que uno más reciente sin valorar la tecnología de fabricación y sin aportar soluciones técnicas, simplemente prohíbiendo.
La solución es gravar o educar para evitar el uso del coche, de todos los coches sin discriminación por ricos o pobres.
Tonto es el que hace tonterías decía Forrest Gump. Así que:
Atontaos!!!!!!!!!!!!!!!!!!! son los que se juntan para hacer muchas tonterías.
Publicado por Celedonio Sepúlveda |
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Mientras lo nuestro avanza, nuestra vida, nuestros sentimientos, nuestro pensamiento, incluso nuestros anhelos, algo queda atrás enganchado a la nostalgia, irremediablemente, siempre hay partes quizás menos importantes desenganchándose del motor que nos impulsa del mismo modo que los cohetes se van dejando atrás las partes gastadas e inútiles, lastre que intenta detenernos, recuerdos que ya no son vida y vida que ya son solo recuerdos o simplemente nada, pero siempre sucede, con cada parte que abandonamos se nos va algo de nuestra vida, jirones arrancados de nuestra memoria que con suerte formaran parte de otra historia, de otra vida, quizás nos visite fugazmente en forma de sueño indescifrable, pero inevitablemente se perderán para siempre en la nebulosa del olvido.