“IDIOTA, DEL GRIEGO IDIOTÉS, UTILIZADO PARA REFERIRSE A QUIEN NO SE METÍA EN POLÍTICA, PREOCUPADO TAN SOLO POR LO SUYO, INCAPAZ DE OFRECER NADA A LOS DEMÁS”
El ambiente esta endemoniado y resulta aburrido escribir siempre sobre los mismo, pero los mismo parece no acabarse, la idiotés parece haberse apoderado de nuestra clase política y por ende del resto de la mayor parte de las bases sociales.
Comenzare diciendo que la mayoría de las actuaciones y regulaciones de nuestros parlamentos (nacional, autonómico y plenos municipales), han sido y lo son para momentos de esplendor, de vacas gordas y bolsillos llenos, no funcionan para momentos como los actuales, donde la capacidad de negociación y el sentido común no constan en las chuletas de los funcionarios que atienden las ventanillas.
En el campo laboral se confunden elementos comparativos básicos, no se pueden situar al mismo nivel empresas donde los ejecutivos se jubilan con pensiones de tan millonarias vergonzosas, con la mayoría de pequeñas empresas generadoras de puestos de trabajo donde el empresario no tiene garantizada la baja por enfermedad. Como se pueden negar 45 días por año de despido cuando sus señores ejecutivos se despiden con miles de millones. Los convenios colectivos no funcionan, ¿por que todas las empresas han de tener las mismas obligaciones si no tienen los mismos derechos? La capacidad de generar ingresos no es la misma en una gran corporación que en una pequeña empresa, las influencias –enchufes- no son los mismos, sin embargo las obligaciones de gasto se igualan para todos, un trabajador cuesta lo mismo a una empresa que facture 10.000 millones que a otra que facture 100.000 euros, no podemos igualar obligaciones sin igualar derechos, por tanto urge una negociación empresarial individualizada dentro del respeto y en un marco de garantías mínimas.
Los expertos y gurús son eso expertos y gurús, es decir fetiches del mercado, normalmente cuestan más de lo que valen, habitualmente constatan lo evidente y son buenos tiradores a balón parado. Pero del mismo modo que no vieron venir la crisis no tienen soluciones para salir de ella. Es absurdo confiar en ellos, sin hacerse la pregunta antes de soltar la rama y caer al vacio confiado en que un escuadrón de ángeles nos salvaran de la caída ¿si, si pero hay alguien más?*
Las mejores ayudas para la economía, dinamizar a las empresas y favorecer la salida de la crisis, no vendrá de la mano del Plan E o de coberturas y limosnas, ni de aumentar edades y plazos. Las soluciones son más sencillas, más cercanas, pero también más valientes y comprometidas. Gran parte de ellas están en las administraciones más cercanas, como ayuntamientos y autonomías, es horas de dejar de hacerse las victimas y ponerse a trabajar, lo primero es aflojar la soga a sus ciudadanos y empresas para que puedan respirar. Siendo necesario un control y un marco de juego, LO PRINCIPAL, LO UNICO, que toda persona o empresa necesita para salir adelante es que la dejen trabajar en paz, que ninguna administración le ponga palos a las ruedas de forma gratuita, a veces soez y torpe.
Las horas de las empresa y de los trabajadores son para trabajar, no para tirarlas en atascos de trafico y en los embudos, laberintos y entramados burocráticos, totalmente INUTILES.
Si no eres asalariado por cuenta ajena o funcionario, si tu forma de vida depende de tu esfuerzo y trabajo, si eres empresario, pasas a ser hereje y como tal eres tratado y perseguido. El tiempo improductivo que hay que dedicar al papeleo burocrático de las administraciones es cada vez más considerable y complicado, a la vez que caro y anticompetitivo. Lastre y lastre.
Es sencillo, para tener agilidad y ser competitivo, para generar empleo, para motivar la creación de empresas, hay que desatar lazos y quitar trampas. Todo lo demás son gestos electorales y palabras.