Decir adiós sin antes pronunciar la palabra hola,
oír el silencio entre tanto ruido,
alejarse cuando en realidad intentas acercarte,
permanecer quieto cuando el viento te empuja para tirarte,
no sentir el sonido de las palabras ni entender su significado,
acariciar la oscuridad para no verte,
cerrar los ojos para no ser atrapado por la tristeza,
buscar un gesto verdadero entre tantos fingidos,
lanzar un grito que nadie escucha, justo en el momento previo,
antes de conocer la soledad y decirle hola al olvido.