Aquel rincón me resultaba agradable, acababa de llegar y ya estaba sentado, solo, frente al espejo donde solo mi cabeza era rebotada. La iluminación tenue invitaba a soñar, no tenia intención de beber pero la situación lo requería, antes de iniciar el ritual vaso en mano, sentí ganas de salir a la puerta, el aire fresco mezclado con el parpadeo de los rótulos de neón del local daban la sensación de encontrarse en una gran ciudad. Me mantuve un buen rato así, pensativo, el frío no parecía molestarme. Me acordaba de lo mucho que echaba de menos la voz y las miradas de ella, todo resultaba mas desagradable desde que ella no estaba cerca de mi, no porque entre nosotros existiera algún tipo de apasionamiento, era mas sencillo, yo aprendí a valorar el mundo contrastando mi visión con la suya, algo tonto, pero que ahora me resultaba vital.
Note que una pareja se encontraba frente a mi, me costo reaccionar, pero comprendí que querrían pasar al local; me habían despertado del sueña, ahora notaba como el frío perforaba mi abrigo. De nuevo en el interior observe lo absurdo que resulta a veces ir acompañado de alguien que solo esta a tu lado por el mero hecho de vencer su aburrimiento. Aquel trago fue lo bastante largo como para notar lo seca que tenia la garganta, Me sumergí con la música decidido a dar un rodeo a todo lo que me había pasado durante ese fatídico día. Me había despertado algo contusionado no física sino emocionalmente, la noche anterior supe que un viejo amigo, sin estar de acuerdo con la eutanasia, había decidido suicidarse, resulto tremendamente duro, aunque siempre tenia el presentimiento de un final así nunca imagine su lado real y, sin embargo, ahí estaba y con esa realidad bastantes años de mi vida quedaban sin sentido.La amistad es algo que puede extinguirse, pero nunca desaparece mientras el amigo vive, todo lo contrario al odio, y aquella amistad había llenado una parte de nuestra vida de algo bello, ahora todo eso desaparecía, incluida la amistad.