Tras aceptar la situación caótica de la economía española, la actuación fue rápida e improvisada, y por desgracia errónea. Recuerdo que por aquellos tiempos -enero- muchas empresas estaban agonizando y solicitaban a los diferentes organismos y bancos cierta dosis de negociación para aflojar la cuerda que los ahogaba, pagos de ayuntamientos, deudas con Hacienda, devoluciones de Hacienda por IVA, cotizaciones a la SS, créditos con los bancos y papel negociable en el cajón del tesorero. Y muchos pisos por vender.
Surge el Plan E, pero ante el asombro de todos se dirige principalmente, sobre todo en la parte propagandística, a los entes locales. No olvidemos que los ayuntamientos han sido coparticipes de la gran bacanal inmobiliaria, unos por acción y otros por omisión, pero todos como parte responsable. Hay que ver las cifras de gasto que no de inversión de los ayuntamientos durante estos años, sobre todo en el grupo A.
Pues bien como premio a esa política y como demanda secular a la falta de financiación local surge este premio. Una aclaración semántica: cuando se habla de falta de financiación, en muchos casos significa exceso de despilfarro. Y una solución esta en la contención del gasto, y abaratar el coste de los pactos de gobierno.
El premio consistía en inyectar dinero para obras publicas, básicamente locales, presentando los proyectos en un tiempo record. A los ayuntamientos solo les queda la opción de desempolvar viejos proyectos y viejas demandas, y aprovechar las que ya estaban en marcha, el tiempo es fundamental para beneficiarse de este dinero. Estas prisas se han ido pasando en los demás estadios: licitación, adjudicación y ejecución, falta ver en la liquidación definitiva.
Los errores son los siguientes:
-
1. Potencia la inversión en algunos casos el gasto local, de forma errática y alocada, avalando las políticas anteriores sean buenas o malas en contra de un política de austeridad, y siempre con cargo al déficit del Estado .
-
2. No se potencia el empleo productivo, el de largo plazo.
-
3. Deja fuera a las empresas que realmente necesitaban menos presión y algo de ayuda, potenciando a las de siempre a mantener la obesidad y la opulencia.
Este ultimo punto es importante, para licitar e incluso para ser subcontratado, es necesario reunir una serie de condiciones que muchas empresas no han sido capaces de alcanzar simplemente por cuestiones burocráticas, a veces por el simple de hecho de falta de negociación.
Los millones empleados para el Plan E hubiesen estado mejor empleados en solventar problemas de devoluciones de IVA, rebajas de cargas sociales negociadas, avales a los pagares no aceptados por los bancos, compra de promociones privadas para convertirlas en protección oficial…etc
En situaciones difíciles, cuando todas las partes tienen dificultades y posibilidad de perdidas, hay que aprender a salvar los muebles, A NEGOCIAR, a diferir el beneficio y todas las posibles ventajas a cambio de que todos o la mayoría se salven.
Los bancos y entidades financieras han perdido mucho dinero y han acumulado muchos pisos por atenerse al “Procedimiento” y no dejar capacidad de negociación a los directores para salvar y aplazar lo que ya tiene difícil solución.
TODAS ESTAS SOLUCIONES NO NECESITAN ENDEUDAMIENTO SOLO RENUNCIA TEMPORAL A GANACIAS DESMEDIDAS.