Faltan escasos días para ejercer nuevamente el derecho al voto, tenemos la ocasión de decidir, entre todos, quien llevara nuestros asuntos en los ayuntamientos. Una gran oportunidad, como siempre que se ejerce el voto para limpiar y pasar la escoba.
Hay muchos tópicos en la política, aceptados y asimilados, gracias a la insistencia y los mensajes machacones se han convertido en dogma de fe, pero en el fondo, y sobre todo en el ámbito democrático, son solo falacias. Una de ellas y quizás fundamental es pensar o creer que el voto legitima la permanencia en el poder, pongamos 20 o 30 años como en Andalucía y otras comunidades o ayuntamientos.
El voto legitima la representación política y dota de poder a esta representación, pero es un acto interesado y partidista el no limitar el tiempo de permanencia en el poder, más cuando la elección no es directa, no votamos listas abiertas, y una vez realizadas las votaciones se produce el aburrido mercadeo de pactos y cargos con el fin de permanecer sin permiso de los votantes, en la poltrona.
En política, en democracia, es una mentira, incluso una aberración no poner limite a la permanencia en cargos públicos electos, incluso al ejercicio mismo de la política. No veo ninguna ventaja en la existencia de políticos electos profesionales. La democracia se ha de servir de talentos del mundo civil, de ciudadanos normales, poner a disposición de la comunidad sus conocimientos, experiencia y tiempo durante unos años y luego la vuelta a la ciudadanía. Esto sería lo correcto y lo auténticamente democrático.
Lo demás, lo de ahora, es todo menos compromiso con los problemas reales de los ciudadanos.
Por eso, lo más importante, en mi opinión, cada vez que tenemos la oportunidad de votar es no darles muchos años de permanencia, evitaremos corrupciones, clientelismos, endiosamientos, cortijos y haciendas gobernadas por señoritos, y sobre todo conseguiremos más motivación y coraje en la resolución de nuestros asuntos. A votar.
Publicado por Celedonio Sepúlveda |
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