Hace falta una nueva papeleta que represente un nuevo voto, a un nuevo partido, al partido de la ciudadanía descontenta, sin alternativa, desahuciada de cualquier representación política existente que la represente, el viejo partido de la resignación y la abstención y necesariamente, al contrario de las papeletas en blanco y la abstención con representación parlamentaria, una representación parlamentaria que significaría la parte proporcional que la ley d’Hont le otorgase como a cualquier partido pero cuyo escaño permanecería vacio y con el voto NO como premisa para cualquier votación. Una papeleta lila, roja o negra, da igual, pero que representase el descontento de la sociedad, la sanción social a la mala política, a los malos partidos y a las malas leyes, a los ventajistas, a las puertas giratorias, a los pactos antisociales, a los cargos vitalicios y a los cementerios de elefantes donde parasitan e hibernan cientos de ex de la política.

Unos asientos vacíos en el parlamento que evidenciasen lo lejos que esta la política de los problemas reales, que les recordase que una parte del pueblo no asiste al esperpento de un parlamento atrapado por el karate.

Simplemente una papeleta para otra opción, la del 15M, la de los indignados.