Dic
15th

¿A que huele la soledad?

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IMG_20160229_214701¿A que huele la soledad?, numerosas situaciones de nuestra vida tienen asociado un olor característico e imperecedero, una fragancia que nos traslada automáticamente a esos momentos, pero la soledad, ¿que olor tiene?, supongo que es algo individual, dependerá, sin embargo, hay unos olores característicos, y quizás comunes, que inevitablemente me recuerdan a una de las soledades mas brutales e incomodas, el puré de patatas con verdura, mezclado con el olor a sopa de avecren y en el fondo un leve y penetrante olor a mierda y orines. No hay peor soledad que la de nuestros mayores recluidos en una residencia, sin culpar a nadie, es la propia vida la que nos va olvidando y echando a un lado como un trasto inservible. Solo les queda el alivio de su memoria, volver a sus mejores años y rememorarlos una y otra vez como si de la propia realidad se tratara, volver a ser el protagonista de sus vidas, para completar esa felicidad solo es necesario escucharlos y no romper su burbuja.

Mar
1st

Espejo cibernético

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espejo cibernetico Miraba la silueta de su cara reflejada en el filtro de la pantalla del ordenador, entre sombras violetas, veía su rostro apagado, la luz solo definía de forma fugaz el brillo de su frente, la nariz y el dibujo leve de su boca. Le gustaba verse sin verse.

La mesa estaba cargada de papeles totalmente desordenados, como si hubiesen sido colocados por un golpe de viento, y aquella habitación no era precisamente el marco donde se sentía protegido, el silencio y la desolación hacían de aquel cuarto un recinto carcelario, sentía necesidad de salir de allí, escapar, aunque solo fuese a través de su mirada perdida en aquel espejo cibernetico que dibujaba su rostro.

A ratos miraba el teléfono con gesto de interrogación, con ansias de que el sonido de su timbre lo liberara, le abriera las alas para volar, era el único instrumento capaz de acercarle, de llevar su voz, la única voz capaz de romper toda aquella presión. Pero todo permanecía en silencio.

Intentaba concentrarse en ella, ponía tanto empeño que incluso se olvidaba de respirar y las venas de sus sienes se hinchaban como inyectadas de aire, parecía ser estrangulado por unas manos invisibles que lo atenazaban sin piedad, cuando la falta de aire le golpeaba la conciencia, dos grandes puños aporreaban la puerta de su soledad.