El crecimiento, esta es la palabra de moda por su transcendencia, debemos retenerla y permanecer vigilantes de su desarrollo, todo lo real, todo lo importante y sustancial de la sociedad y de nuestras vidas parte del buen funcionamiento de la palabra crecimiento, ya nada puede permanecer quieto o en calma, el crecimiento exige un valor porcentual mayor que cero, eso dicen los sabios y dueños de cátedras, el crecimiento es el indicador de desarrollo de la actividad, sea la que sea, el año 2022, por ejemplo fue prodigo en la producción de leyes por parte, iba a decir del parlamento, pero en realidad es del gobierno, como si producir leyes fuera un hecho indispensable y de bien social. El universo jurídico es tan denso y tan inútil por eso, que es la causa de millones de perdidas en la sociedad por las trabas que ocasiona.
En economía no va mejor, crecer es talar mas bosques, crecer es quemar más petróleo, crecer es esquilmar más mares, crecer es producir millones de toneladas de plástico, crecer es contaminar más ríos, crecer es arruinar el Planeta y acelerar su rabia hacia nosotros. Ayer con la proximidad de las elecciones la Colau fardaba de todos los crecimientos de Barcelona y luego se piensa ecologista y actúa con radicalidad talibán en el tema, sobre todo con las clases mas desfavorecidas. Un desastre.
También es importante mantenerse, aguantar, incluso decrecer, no acumular tanto, estamos en una sociedad obesa de tanto crecimiento, de tanta indigestión por las prisas, es necesario valorar y cuidar, retener, no hace falta tanto avance para incentivar el consumo, no disfrutamos de nada antes de que quede obsoleto, antiguo, carente de interés, incluso las relaciones necesitan de nuevas versiones, de actualizaciones permanentes. La economía y creo que también el derecho deberían revisar sus paradigmas y adaptarlas a un mundo de 8.000.000.000 (ocho mil millones) de habitantes en 2022. El alegre crecimiento no parece muy viable.