Estos últimos días me siento extraño, no se si debo mostrar alegría o cierta tristeza por los cambios políticos que se avecinan, ciertamente eso espero que sean verdaderos cambios políticos, faltara ver si se dan en el sentido correcto y acertado para bien de la economía y de todos.
También estos últimos días en la prensa y en las entrevistas con Rajoy se han dejado ver los presidentes de las grandes empresas en su papel de gurús, con grandes frases manidas y en mi opinión vacías de contenido, y eso me entristece. Sus planteamientos no son para salir de la crisis, ¿que crisis tienen ellos?, crisis como las suyas quiero yo para mi, sus planteamientos buscan más el acercamiento al poder que una solución que quizás los perturbe.
No creo que vengan las soluciones del foco del incendio, se necesita valentía para enfocar y ver con nitidez las causas del empobrecimiento y de nuestras miserias como país. Coraje y compromiso son las palabras y la actitudes necesarias durante los próximos años para darle la vuelta a una situación cada vez más insostenible.
Hace falta volver a la idea de España como nación donde quepan los catalanismos, andalucismos y otros ismos, excepto los que comiencen con nazional. Las autonomías fueron una cuestión de desligar las administraciones del poder central, acercarlas al ciudadano y ganar en efectividad y sencillez, pero no creo equivocarme si digo que no ha sido así, con la mediocridad de los políticos se han convertido en reinos de taifas, cada una con sus leyes y con criterios que dividen en el ámbito del desarrollo económico, cultural e incluso social. Una verdadera sangría sin orden ni concierto que además nos esta arruinando, y no solo en términos económicos. Y los peor no se ha simplificado nada, lo contrario, la complejidad y la incompetencia se ha apoderado de las administraciones autonómicas en perjuicio del ciudadano, pero eso si, ayudando a las tasas de paro y al aumento de la pobreza.
No creo tan necesario revisar las competencias autonómicas, pero si las santas cabezas que las gobiernan, cuanta confusión y desparpajo puede encerrar la incompetencia e inutilidad de gran parte de nuestros políticos. Que clase de fuerza los eleva y los mantiene por encima de nosotros, que luz los ciega y los emborracha de grandeza en pedestales de cartón. Que visión tan certera para sus asuntos y cuanta oscuridad en el compromiso con la sociedad. Pero como decía el otro, es lo que hay y quizás, añado yo, lo que nos merecemos.
“Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana y del Universo no estoy seguro. Albert Einstein”.