Es difícil diferenciar los llantos a pesar de la frontera,
imposible discernir los gritos, iguales en ambos lados,
el dolor es semejante y tiene la misma intensidad,
la muerte acecha, siempre a los mas débiles, no reconoce bando,
la destrucción de las bombas es de quien las tiene,
los niños, las mujeres y hombres no son culpables, nunca los son,
son los poderosos, los dioses mortales y los aduladores, los culpables,
los ambiciosos, la equidistancia y los imbéciles, son culpables,
siempre lo han sido, también los matones, las bestias con cara humana,
destruir y matar, para quedar bien, para justificar, sin reglas, no es justo, no es humano,
ni se puede apoyar, ni estar al lado, ni ofrecer ayuda, hay que parar,
la locura por matar, por aniquilar, nos arrastrara a todos, los buenos y los malos,
a los malos no les importa nada, les gusta la muerte,
detener la mano que empuña el odio y la violencia, sea la izquierda o la derecha,
esa es nuestra labor, esa debe ser nuestra tarea,
parar y detener la guerra, y siempre al lado de los débiles,
los poderosos ya tienen lo que quieren, el dinero y las riendas,
no les dejemos la paz y nuestras vidas,
Por la paz en Oriente Próximo.