El problema del aparcamiento se ha generalizado, es natural y bastante obvio, ningún politico o gestor público del municipio se ha preocupado durante años del crecimiento espectacular del parque de automoviles, ni tan siquiera ahora es preocupación ni se estan articulando soluciones que no sean puramente sancionadoras o limitadoras, o que repercutan directamente en el bolsillo del contribuyente. Es una muestra más de que nuestros politicos estan mas por sus asuntos, que por solucionar los generales que afectan al ciudadano y a su calidad de vida.
El problema se hace acuciante y agobiante para muchos ciudadanos que tras superar largos atascos para llegar a su casa tras una larga jornada de trabajo, ve como esa herramienta enorme que es el coche, se resiste a ser aparcada hasta el día siguiente, no puede dejarla, despues de aburridas vueltas por el barrio, la deseperación le puede y lo deja en cualquier esquina, acera u otro claro que quede en la maltrecha via publica. El cacao esta servido.
Es cada vez más habitual llegar a un cruce y tener un coche saliendo por cada esquina, incluida por la que has de mirar para cruzar, y no queda mas remedio que arriesgarse y sacar el morro del coche, a si se tiene, el cuello de jirafa, y lo que no hay nunca son espejos u otro artilugio que facilite la circulación sin riesgo al accidente, del mismo modo que se es permisivo para quitar la visibilidad se deberia ser previsor para evitar accidentes.
Hay soluciones claras para solucionar el problema del aparcamiento en las ciudades, por supuesto no son rentables, y se han agotado muchas con la especulación urbanistica. Basta con saber algo de aritmetica y aplicarla (las cuatro reglas). Pero no me toca a mi en este momento darlas.
¿Cuellos de jirafa, espejos o accidentes?