Oct
22nd

Ayuso y Séneca

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Decía Séneca de su época que eran malos tiempos, pues todos se consideraban escritores y se le faltaba el respeto a los padres. Las épocas están marcadas por pequeños detalles que las definen de una forma particular y luego están los rasgos históricos, tercos y repetitivos, que no nos abandonan. Lo particular de esta época es que nos gobierna una generación mimada que no ha conocido el “no” a sus caprichos, ni el castigo o reprimenda a sus desmanes. Y en lo general el hecho que martiriza la historia y que es origen de los más sangrientos conflictos, el miedo y lo políticamente correcto, versus, la falta de criterio y la sinrazón.
Ayuso está haciendo lo correcto y lo valiente, sin peros, los peros los tienen el blando de Feijo y el rumbo errático del PP, se junta la generación mimada y el miedo. Se les junta el hambre y las ganas de comer.
Ayuso está plantando cara a la tiranía y defendiendo la libertad, en mayúsculas, y lo hace desde su atalaya, para ella sería más cómodo ser políticamente correcta y dejarse dominar por el miedo. Y eso le da otro plus, tenemos el derecho y la obligación de desobedecer cuando lo que se nos manda no atiende al orden, al respeto, al bien común, atenta contra la mayoría o pone en riesgo nuestra convivencia. Y lo hace desde el poder que le otorga su cargo y en nombre de una gran mayoría de ciudadanos por no decir en nombre de todos los que queremos gritar y no tenemos voz. Gracias.
Así debería de ser la acción política en democracia, un sistema de contrapesos, y una representación real y sincera de los intereses de la ciudadanía. Son los poderes, los otros poderes que nos representan los que deben llamar la atención al poder que se extralimita. Nosotros no tenemos por qué salir a la calle cada vez que un poder intenta fastidiar, que son muchas las veces, bastante tenemos con trabajar y juntar para pagar impuestos y sueldos de funcionarios y políticos.
Estamos representados por cuatro instancias de poder, el municipal, el autonómico, el nacional y el europeo, y sus derivadas, que son muchas, diputaciones, consejos comarcales, institutos y entidades con capacidad de generar impuestos y normas.
Hacen falta más ayusos, hace falta más claridad en el lenguaje, evitar eufemismos y un ambiente político más acorde al ciudadano y la realidad. No puede haber delincuentes ejerciendo de diputados, no se puede ejercer en el parlamento sin jurar la Constitución, no se puede votar una ley sin leérsela, no se puede legislar sin saberse la constitución, y una lista larguísima y aburrida. A veces hay que pegar un puñetazo en la mesa y decir, BASTA.
“Porque la mentira, la manipulación y el engaño, no pueden ser, no son, ni éticos ni legítimos, y mucho menos cuando están en juego los intereses generales de nuestro país y de nuestros conciudadanos.”

Sep
9th

La distancia

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Tarde mucho tiempo en darme cuenta, a veces es muy difícil ver lo que tienes delante, nuestra consciencia está guiada por nuestro deseo y transforma el pensamiento y la realidad a nuestra conveniencia. Antes de asomarme por ese muro no lograba entender la diferencia de inquietudes, la brecha que separaba mi vida de las suyas era una evidencia palpable, estaba ahí desde hacía mucho tiempo y por fin lo vi. Existían dos mundos, cada uno con idéntica medida del tiempo, los dos reales, separados físicamente por cierta distancia. Cuando cambiaba de un mundo a otro en uno mágicamente congelaba el tiempo mientras en el otro la vida seguía con su ritmo trepidante. Me engañaba. En los dos fluía el tiempo con la misma velocidad, nada podía frenar su naturaleza imparable, era yo, quien cuando abandonaba el pueblo, del mismo modo que cerraba la puerta de mi casa, echaba la llave y todo se detenía hasta la próxima vez, así, de igual modo, guardaba los últimos momentos inolvidables de ese universo en mi memoria, también bajo llave, sin tocarlos, inalterable, como el que guarda sus juguetes, hasta la próxima vez.

En esa próxima vez, yo esperaba encontrar esos momentos inalterados tal como los había guardado, puede parecer egoísmo, incluso ignorancia, o ambas cosas, pero en realidad era deseo, un deseo superior de vivir momentos pendientes y no vividos, puros, que sin embargo cuando los vuelves a encontrar poco se parecen a lo que dejaste, la erosión del tiempo es muy real e impla-cable, los momentos no vividos tienen fecha de caducidad y no son recuperables. Es cuando te sientes mal, notas que ese mundo ha envejecido como tú y los momentos que esperabas encontrar ya han sido vividos, no por ti, por ellos, por otros, y percibes su pérdida con desasosiego, nunca volverán, te sientes mal e intentas buscar una razón, un culpable, y los culpas a ellos por no esperarte. Absurdo e infantil. Imposible estar en dos sitios a la vez, imposible vivir dos vidas paralelas, imposible sin que una de ellas sea ficción.

Podría haber sido de otra manera, de cualquier otra manera, pero lo inevitable se impone y el tiempo lo erosiona todo y lo transforma, aunque en nuestra memoria y en nuestro corazón los recuerdos intenten recuperar esos mundos que quedaron a medias, y es curioso, ese sentimiento solo me ha pasado con el pueblo y sus gentes, siempre que vuelvo me resisto a no encontrar la misma gente, el mismo entorno y vivir la intensidad de las mejores veces. Es algo que he aceptado en todas las facetas de mi vida, el tiempo cuenta y es limitado, se agota, nos desgasta y nos roba de forma permanente aquello y a aquellos que queremos, es así, poco a poco, sin embargo, cuando se trata del pueblo me cuesta aceptarlo y una especie de tristeza también desconocida se apodera de mí y me enfurece y me rebela, aquello que era mío y además formaba parte de mi noto como se aleja y he de esforzarme para no rendirme a esa evidencia que cada vez resulta más real y me desanima, ahora los dos mundos me resultan iguales, y eso es lo que yo no quería, igualar un mundo y el otro es una especie de fracaso, aun aceptando que el tiempo suceda de forma igual, el mundo de mi pueblo, era un deseo permanente, un refugio, un paisaje donde evadirse, un misterio que siempre estaba por descubrir, un regalo para los sentidos, una primavera permanente, una brisa necesaria para el corazón caliente de las noches de verano, y eso desaparece lentamente para dejar paso a otra cosa, también hermosa, diferente y mucho más lejana e inasible que la otra, no por peor, quizás solo por torpeza propia o por no aceptar la renuncia, o la derrota…

Jul
2nd

Escenas y páginas

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449713932_10230679835893894_1667280353921535993_nNuestras vidas se componen de escenas, capítulos que duran más o menos y que narran ese conjunto de años, meses, días, puede que incluso horas o tan solo minutos, paginas donde se reflejan personajes y espacios que han formado parte de nuestra línea del tiempo. Yo puedo hablar un poco de mi calle y sus cambios de página, ya es otro libro, ya nada tiene que ver con su esplendor. Todos los que fueron sus protagonistas y le dieron el carácter a la calle, no están, tampoco la calle como tal, ahora salen hierbas por todos los rincones, incluso mierdas de perro, los días y las noches con sus voces y sus risas, no volverán. Las puertas abiertas con las cortinas ondeando a la espera de que alguien se asome han perdido el sentido, y parece que la desconfianza y las cerraduras ocupan su lugar.

Ya no hay tomates ni pepinos en la puerta de Benito, ya no se oye la motillo rugir camino a la huerta, ya no se oye la voz gruesa apartando la cortina diciendo “quien hay”, nunca faltaba la visita y la charla después del rato en la huerta. Tampoco se oye a Teodora, ya no se puede ir a verla coser, una muy buena señora, con carácter, y muy buena vecina, yo por suerte aún conservo un precioso traje de verano con chaleco incluido hecho por ella hace 44 años. Impecable, moderno, pero, un poco estrecho. Como he dicho todo cambia y la envergadura tiende a expandirse mientras todo lo demás se contrae.

Podría extenderme muchos más años atrás con mi vecino Juan, el panadero, y sus charlas en el batiente de su puerta, sentados uno al lado del otro, contándome cosas de la guerra, de mi padre, de sus avatares, palabras que se mezclaban con el olor a pan cociéndose en el horno de retamas del patio trasero. El panadero Juan ha sido quien más cosas de mi padre me ha contado, de algún modo mi padre confió en él.

Mi madre supo mantener viva la parte de la llama que le correspondía para mantener la luz que daba vida a la calle. Al final o al principio, haciendo esquina, estaba la tienda de Tarsicio y mas al fondo la puerta falsa del casino, con su olor a polos de fresa en verano. La tienda de Tarsicio si bien era de telas, recuerdo haber comprado comida, y sobre todo elegir de su escaparate los juguetes de reyes, mi sombrero y mi pistola de vaquero, también quería el rifle y los reyes se habían olvidado, fue tal la verraquera que mi padre fue a buscarlo a la tienda el mismo día de reyes y me dijo que se lo había olvidado en el camello. Un descuido lo tiene cualquiera, pensé.

Las calles cambian, los paisajes cambian, las personas cambian, avanzamos y todo es nuevo, pocas cosas permanecen, desaparece lo viejo y viene lo joven y la vida continúa. Pero esas escenas no dejan de bullir y siempre están entre nosotros, aunque cada vez más lejanas y por razones generacionales también les llegara el olvido. Por eso vale la pena recordarlas y contarlas.

Abr
30th

Esperando un paquete

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_93d72f17-ad0d-473e-a12d-46b2df8fbb64Camino entre montañas pisando un valle con el rostro inundado de felicidad animal, sin razonamiento alguno, sin ninguna señal que alterarse la naturaleza porque un ser humano merodeaba por allí.

Salvaje, sin ningún pensamiento, sin ninguna intención, respirando tan solo, saboreando el aire dulce y fresco que entraba en mis pulmones en pequeños torbellinos salpicados del roció mañanero, un aire que me obligaba a sentir y embriagaba mis ojos con visiones tan lejanas como inalcanzables, sueños irreales y realidades inventadas como si de un cuento se tratara, nada cierto pero tan útil como el agua que calma la sed; el tiempo en soledad agranda el pensamiento y actúa a modo de bálsamo mágico atenuando la tendencia a la alucinación previa a la locura. Nada se asemeja tanto a la vida, nada se antoja tan hermoso como la contemplación mientras se pasea por valles infinitos, dibujados sin nubes o entre arboledas sin sombras, solo con la luz cálida que lo ilumina todo y un horizonte siempre borroso por brumas inoportunas difíciles de disolver, y ahí voy, o vamos, hacia ese punto tan enorme y tan lejano con la certeza de no alcanzarlo nunca, pero el misterio y la curiosidad encabritada nos anima mientras el amor siga siendo el actor protagonista en este teatro de la vida.

Estaba en un rincón del sofá, reclinado hacia atrás, hecho un ovillo, con las piernas recogidas debajo de una manta, ensimismado, sin hacer nada, una luz tenue se filtraba por el ventanal entre las cortinas, entonces me di cuenta de mi error, no estaba vagando por paisajes salvajes al aire libre. Estaba esperando, con letargo y cansancio, la llegada de un paquete cuyo contenido era un misterio, solo sabía que era pequeño y no tenía remitente. Algo así como el ramillete de violetas de Cecilia, y aquí estoy, esperando.

Mar
14th

El desencanto

20240310_105448El desencanto suple en mi la razón de otras cosas, es parte de ese vacío que arroja a la persona a la desorientación, causa fundamental de búsqueda de nuevos horizontes, nuevos puntos de referencia donde aferrar la lucha de cada día. Es inevitable pensar que las cosas, la razón de ser, todo lo que un día significo algo, se nuble y pierda su viejo encanto, su atractivo y refugio

Mar
14th

Abajo las armas

20240311_182141Algunas preguntas y afirmaciones que surgieron cuando leía la novela, hace 43 años.

– Mi pensamiento transcurre dentro de mi propio pensamiento.

– La verdadera vida empieza con la paz y la paz se encuentra en la felicidad de cada uno.

– ¿Que es la vida y Que es la muerte?

– La soledad forma parte de la tortura del hombre ¿porque nos torturamos?

– La sociedad está madura. Yo no quiero su fruto.

– Busco en mi lo que no encuentro en los demás ¿Qué busco en los demás?

– Los demás buscan en mi lo que no encuentran en ellos ¿ Que buscan en ellos?

Mar
14th

Hacer tonterías

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20240312_194622 (1)En este mundo de tontos, la política ya está contagiada, y a su vez, la tonta política retroalimenta de nuevo a los tontos. No hay una buena solución práctica, que resuelva este bucle, son como los zombis, se reproducen por puro contagio, están en todas partes y con todo tipo de camuflaje, ya no te puedes fiar de la normalidad, bajo el aspecto normal casi siempre hay una sorpresa, es como abrir un huevo Kinder, o como la caja de bombones de Forrest Gump, nunca sabes que hay dentro. Una sociedad tan contaminada es difícil revertirla a una senda de sensatez, no existe esa fuerza capaz en los mecanismos normales, requeriría de mucho tiempo y la transformación sería evolutiva, a la sazón, totalmente inútil para estas cuestiones. Históricamente las soluciones han sido drásticas, con giros de 180º en apenas tiempo y con resultados asombrosos y a veces nefastos. Es lo que tiene hacer tonterías.

Mar
6th

La espera y el sueño

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De espaldas en la pared, la rodilla derecha flexionada y la planta del pie apoyada al muro, estaba allí ensimismado, por la postura supongo que esperando, no sé bien a quien, ni porqué, estaba totalmente en blanco, como acabado de despertar de un sueño, pero en cuanto la vi, supe que era a ella, la mire, la abrace y la traje hacia mí, nos conocíamos pero quedo sorprendida, no lo esperaba, era la primera vez que yo manifestaba mi deseo de forma tan evidente y práctica, su cara estaba sonriente y su cuerpo, dócil, se dejó llevar.  Sin pensarlo, con las prisas del que huye, di refugio a mis manos debajo de su ropa, y la acaricie suavemente, cerré los ojos para notar su piel y dejarme caer por su pendiente para refugiarme en su calidez, las sensaciones fluían en un rio de acordes que invadían mi pensamiento desbordándolo de felicidad, haciendo de ese momento  breve de realidad un sueño infinito de placer, lejos de allí, en algún otro lugar de nuestra imaginación.

Atraer su cuerpo y notarlo en mí, me sumía en un placer extraño, huraño, no quería compartirlo, ni que nadie lo viese o lo notara, quise ser egoísta para proteger ese momento o sueño.  Si alguien lo reconocía sentiría la necesidad cierta de quitarme aquel tesoro, de invadirlo y quitarle su brillo, de curiosear y estropearlo.  Rompiéndolo, y eso me atormentaba.  Me hacía dudar.  Y la duda fue el motivo. Y el miedo la razón.  Aquello acabó, en cuanto desperté.

Feb
19th

Dios nos salve de los gurus.

7896688457110802311La tauromaquia y la caza son cosas de la antigüedad.

La providencia y el destino, sabios y atentos, como el gobierno, nos trae un director general de Derechos de los Animales. o sea una Dirección General, similar a la inexistente del maltrato infantil o a la de atención a la gente desafortunada que se queda sin hogar y vive en la calle.

Pero la suerte está de nuestro lado, este señor viene iluminado con la sabiduría ancestral de nuestros antepasados y con el cinturón de cuero con hebilla metálica bien apretado como el mismo nos muestra con suma delicadeza.

Gracias a sus enseñanzas descubriremos que el campo y la naturaleza sin él no son nada. Ansiosos estamos de sus enseñanzas y sus regulaciones y sus alianzas con el de cultura Ernest Urtasun.

Feb
15th

La Bolu

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2015-03-26 18.22.48Sus ojos parecen grabados en un peñasco de los que se bañan en los ríos y se calientan al Sol de Andalucía, llenos de dureza, ávidos de recoger el sueño del caminante y ofrecerle el calor cosechado durante el día.
Su rostro bañado de luz blanca remarca su tristeza y un enorme cansancio, levanta sus brazos delgados y con movimientos lentos y temblorosos hace gestos de ayuda, intentando no mirar al precipicio que le ha llevado la vida, se entrevé el miedo y el deseo, el miedo a no sentir una mano que apriete la suya y el deseo de largarse, de reencontrarse con su infancia, de comenzar de nuevo su vida sin dolor, resolver el sueño eterno.
La cercanía hace que los sentidos despierten y canalicen los brotes de esperanza, un asidero donde frenar la caída y robarle momentos a las prisas de la vejez, sabiendo que todo esfuerzo resulta fugaz pero que vale la pena jugarlo.
Su piel casi hueca, agradece el calor de otras manos, de otra piel, el sonido de la voz hace despertar sus ganas de explicar, pero un denso barro cubre su voz y solo deja salir un alarido sordo que ahoga sus deseos y acentúa su cansancio. Entonces aprieta las manos y agudiza su mirada comunicando de otro modo su agradecimiento.